No dejo de disfrutar con las enormes gestas que año a año, consigue nuestro querido y admirado Atlético. Gestas que al ser inesperadas por las aficiones rivales, se hacen más duras de digerir. Y lo vengo exponiendo desde hace mucho tiempo en este espacio de opinión: el equipo sigue progresando hacia la excelencia futbolística.
Se intuye que en esta temporada, y los rivales obligan, veremos distintas versiones de un mismo Atlético a diferencia del año pasado donde la única alternativa fiable para ganar, eran los balones al espacio sobre Diego Costa. Y reconozco que junto a Vieri y el Kun, fueron de lo mejor que vi en nuestro fútbol de ataque durante los últimos años.
Porque se veía difícil en julio conseguir un Atlético tan competitivo como el del año pasado debido a la incorporación de nuevos jugadores. Pero una vez más, nos encontramos con un superequipo que gana la Supercopa de España al Madrid, el derby en liga y en los dos últimos partidos, ante Sevillla y Juventus, se ven poderosas versiones de lo que es pasar por encima a un rival desde el minuto 1 al 90 y una lucha de poder a poder hasta encontrar la llave de la victoria.
Y es aquí donde recae el protagonismo de un espadachín de primer orden conocido por el nombre de ARDAñán, que con clase y liderazgo es capaz de volver loco a la mejor de las defensas, complementado con la necesaria participación por su solidez y lucha, de un Athos Moyá, Godín Porthos y Mandzukic Aramis inconmensurables y guardia pretoriana del Rey Simeone.
Porque mientras unos siguen perfeccionando los saltos de trampolín en piscina al aire libre, otros llevan a su máxima expresión el todos para uno y el uno para todos, verdaderos valores del trabajo en equipo y la estrategia del partido a partido.
Los rivales no esperan y Valencia, de hecho, ya nos acecha en el camino.
¡¡¡Forza Atlético!!! ¡¡¡Aplasta Atleti!!!
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