Luis Aragonés, alias Zapatones, se nos fue. Sin hacer ruido a pesar de que era un hombre que se hacía notar allá por donde fuese. Alguien que vivió la pasión atlética en todas sus facetas, en la gloria y en la miseria. Sin pelos en la lengua, con determinación en todo lo que hacía, nos ha dejado un poco huérfanos a la familia rojiblanca ahora que lográbamos volver a la cúspide del fútbol nacional y europeo.
Pero no pasa nada. Los grandes perviven por los siglos de los siglos y Luis sin duda, desde el cielo, nos echará una mano para conseguir lo que tanto deseó siendo jugador. La ansiada Copa de Europa de clubes, que tuvo que ir para las vitrinas del Atlético de Madrid en 1974 después del impresionante gol de falta, celebrado ya por él, nada más pegarle al balón. Lo nunca visto.
Y genio y figura siendo ya entrenador del Atlético y seleccionador de España, en esas impresionantes charlas motivadoras a la hora de la consecución del título de copa frente al Madrid en el 92 y en el europeo de selecciones en 2008:
"¿Lo han entendido? ¿Sí? Pues esto no vale para nada. Lo que vale es que sois mejores y que estoy hasta los huevos de perder con éstos. De perder en este campo. Lo que vale es que sois el Atlético de Madrid y hay 50.000 que van a morir por vosotros. Hay que morir por ellos, hay que salir y decir en el campo que sólo hay un campeón y va de rojo y blanco."
"Forman ustedes un grupo excepcional. Si no llego a la final con este grupo es que soy un mierda, es que he organizado una mierda de equipo."
Grande e irrepetible Sabio. Descanse en paz.
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