Han sido muchas noches de Champions inolvidables. La energía
transmitida por nuestra afición en partidos como el del Milán, Barcelona
durante la edición 2014 o PSV, Barcelona de nuevo y Bayern en la pasada,
la reciben nuestros jugadores como un aporte extra tal y como demanda Simeone.
Porque sólo el Atlético de Madrid es capaz de recibir golpes como los de
Lisboa o Milán y volver a levantarse para intentarlo con más fuerza aun si
cabe.
Me gustaron las palabras de nuestro capitán Gabi apelando
a la humildad para ser capaces de doblegar al Leicester. Porque a priori, puede
ser el rival más asequible de los cuartofinalistas de esta edición pero también
es cierto que a la Champions siempre hay que ir con una mentalidad distinta,
con la de jugar cada partido como si fuese el último. Y la afición, liderada
por el Frente, empezó a demostrarlo ayer apoyando al equipo a las puertas del
hotel de una forma increíble.
Ese cántico de Dale alegría a mi corazón, ya coreado
en la campaña 96-97, combinado con la frase nunca dejes de creer, se
convierten en reivindicaciones permanentes que nos hacen llevar al equipo en
volandas hasta su mayor anhelo. En ese bonito viaje, hoy toca dar caza al
zorro. Suerte Atleti.
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