viernes, 14 de febrero de 2014

EL MOCO DE RONCERO

Haber visto a  Tomás Roncero en el Chiringuito defendiendo una vez más a Ronaldo, me obliga a no quedarme callado. 



Hasta el partido de vuelta en el Calderón, me consideraba un admirador del astro portugués. Me consta que aparte de lo extraordinario jugador que es, se dedica a tener bastantes detalles con los aficionados y a colaborar con diversas causas benéficas. Pero lo que vi en la ribera del Manzanares el pasado martes no me gustó en absoluto. Y me explicaré. 

Era la primera vez que veía al Madrid de Ronaldo en vivo y en directo. Y me preguntaba por qué razón existe ese odio generalizado en los estadios hacia Cristiano más allá de la mera rivalidad entre aficiones y a diferencia de Messi que no levanta este tipo de pasiones. Pues bien, Tomás Roncero, voy a darte unas breves pinceladas de lo que no debe hacer tu admirado jugador para  evitar que le canten las lindezas que todo el estadio escuchó. Y digo bien, lo que el estadio escuchó. Porque te diré que en el Vicente Calderón hay un grupo de aficionados que pueden llegar a ser 8.000 más o menos y que gritan tan fuerte, que animan tanto y tan bien al equipo que parece que son 50.000. En el fondo norte, que es donde yo me ubico, nos limitamos a esbozar como mucho una sonrisa ante los cánticos escuchados. Primera mentira por tu parte. 

Lo que le tienes que decir a tu admirado Ronaldo es que cuando marque un gol de penalti, dudoso por cierto, y con la eliminatoria ya decidida, no se ponga hecho un energúmeno a la hora de celebrar el gol. Porque si me dices que ha marcado el gol que decide el ganador de la Copa del Rey lo puedo llegar a entender pero mostrarse de esa forma en campo rival es  provocar al personal. Lo que le tienes que decir también a tu admirado Ronaldo es que cuando marca el segundo gol de penalti y con la eliminatoria ya imposible, no vuelva a celebrar el gol en campo rival como si hubiese marcado el gol de chilena que tanto tiempo lleva buscando y que no termina de llegar. Porque eso también es provocar al personal. 




Y lo que le tienes que decir a tu admirado Ronaldo es que a punto de acabar ya la primera parte y con un global de la eliminatoria quimérico para la remontada del rival, no debe arrasar a un contrario como lo hizo porque se corre el peligro de provocarle una lesión irreversible como así pareció en un principio. Y lo que le tienes que volver a decir a tu admirado Ronaldo cuando fue sustituido es que no se gire varias veces hacia el lado de los Ultrasur sin dejar de aplaudirles porque aunque no te lo creas, así también se provoca al personal. 

Y ya de regalo y con mi edad que es mucho menor que la tuya, lo que tienes que hacer en tu programa y a preguntas del Sr. Pedrerol es reconocer que el moco que le lanza Pepe a nuestro jugador Diego Costa está mal. Está muy mal y es del todo reprobable además de repugnante. Porque  si yo te lanzo un moco, por muy blanco que sea como justificaste, estoy convencido de que no te agradará lo más mínimo. Aun así, el hispano-brasileño no dijo ni pío. Y por cierto, tu camiseta de PEPE ATTACK te define simplemente como un gran no periodista por si a alguien le quedaba alguna duda.  

Sin justificar en absoluto los cánticos que se oyeron en el Calderón y el episodio del mecherazo, con estas simples acciones conseguirás que se mitigue el odio hacia  tu admirado Cristiano  en todos los campos de fútbol. Y que básicamente debe aprender a ser generoso en la victoria y saber perder.  Que lo intente y verás como le funciona. 

Firmado: un atlético que intenta ser justo.

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