¡BARRA LIBRE DE COPAS!

Recuerdo no hace mucho tiempo lo difícil que era sacar los partidos en el Vicente Calderón. Desde que subimos a primera división, allá por el 2002, y hasta el 2010 donde conseguimos el primer título importante a nivel europeo con Quique Sánchez Flores, la larga travesía sin haber hecho nada importante, incluidas múltiples derrotas contra el máximo rival, se hizo ciertamente insoportable.

Pero la afición seguía ahí apoyando y tú Cholo, debutando en Argentina como entrenador en 2006 con el Racing Club y ese mismo año haciendo campeón a Estudiantes ante Boca después de 23 años de sequía, sabías que pronto o tarde terminarías en la Ribera del Manzanares, en el club de tus amores y en el club donde la gente te llegó a idolatrar como jugador.

Y después de este tiempo con nosotros, donde has logrado con tu trabajo y sabiduría llevarnos a la cima futbolística, tienes la humildad de reconocer que te equivocaste en el partido de vuelta ante el Madrid. Y el día después veo a los madridistas que nos miran con la sonrisilla típica del que gana al contrario y nos provoca malestar por ello. Pobres.

No se han dado cuenta todavía de que has obrado el milagro de que la entidad vuelva a estar ahí. Mirando de tú a tú a los grandes de la liga española. Que ya no somos ese equipo simpático de la capital que aun ganando Europa Leagues o Supercopas europeas no era suficiente porque lo que cuenta realmente es que  tú y tus jugadores tuvisteis “los huevos” de volver a ganar al vecino la Copa de España, continuando la racha de 58 años con barra libre de copas  en el Bernabéu. Y porque estos días me he dado cuenta de que muchos están dolidos y no lo han superado todavía (al igual que los jugadores),  para mi sorpresa. Como consecuencia de ello,  has provocado en la parroquia atlética volver a ir con la cabeza alta y no agacharla como estábamos acostumbrados. 

Y que si eres capaz de conseguir, junto al equipo, una de las otras dos competiciones en juego (y si son las dos sería bendita locura) , éste que te habla tiene una promesa que cumplir. Y si no se consigue, tranquilo, porque la ilusión ya me la has devuelto con creces para los próximos años. Gracias por todo Cholo.