Se decía hasta ayer que el mejor partido que había jugado el Atlético en sus más de 100 años de historia fue contra el Chelsea en la final de la Supercopa de Europa. La exhibición dada por todo el equipo, especialmente en la primera parte, fue simplemente grandiosa. Un ejemplo de posesión, toque, presión y culminación de tres goles, que curiosamente vinieron al contraataque. Lo de ayer en Calderón frente al Madrid, fue dar un paso más en ese nivel de perfección.
Nunca lo sabremos pero tengo la teoría de que la lesión de Koke fue decisiva. Llevo observando durante varios partidos que no es el mismo del de la temporada pasada y es comprensible porque el vallecano lo ha jugado todo en los últimos dos años. Lo de la incorporación de Saúl, por tanto, fue una locura dentro del juego colectivo porque estaba por todas partes para ayudar en la recuperación de balón apareciendo igualmente donde se decidían los goles. ¡Y qué gol de chilena!
Y segunda y tercera mención especial para dos jugadores que ayer rayaron la perfección en esa interpretación del juego defensivo y de ataque que demanda Diego Pablo Simeone. Guillerme Siqueira y Mario Manzukic. El lateral brasileño atacó como siempre, suya fue la asistencia en el segundo gol, y por primera vez defendió como nunca. Ahí es donde ha sabido sacar la extraordinaria calidad que atesora y que estoy seguro será un lateral de referencia en la historia de nuestro club. Y super Mario, un ejemplo de entrega física en tareas defensivas adornada con la espectacular cifra de 19 goles hasta la fecha. Sé que no tiene mérito pero ya escribí hace tiempo que Moyá y Mario Mandzukic iban camino de hacer olvidar muy pronto a Courtois y Costa. Muchos se rieron.
Este 4-0 ha sido algo grandioso, sublime y para el recuerdo colectivo del universo atlético. Y lo que más me gusta de la exhibición dada ayer tarde ha sido que se ha visto al equipo rojiblanco en los cinco continentes jugar al fútbol como nadie (por cierto, ¿Quiénes fueron ayer los violentos?) pasando por encima al actual campéon del mundo, y ayudado por una afición ejemplar, olés y olas incluidas, que llevó al equipo en volandas.
Simplemente el partido perfecto. Enhorabuena Atlético.
¡¡¡Forza Atlético!!! ¡¡¡Aplasta Atleti!!!
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