He llegado a la conclusión de que jugar en el Calderón con un ambiente como el vivido en el partido de cuartos de final de la copa del Rey frente al Barcelona es sinónimo de empezar ganando 1-0. Para aquellos que todavía tengan dudas, la afición se encarga siempre de meter ese primer gol y quizás también Simeone debería haber contado con ello.
A toro pasado y teniendo en cuenta la derrota sufrida, es fácil llegar a la conclusión de que quizás el equipo debió echarse atrás y esperar el contraataque para marcar el segundo. Incluso, con el 2-1 se podría haber optado por la misma estrategia y haber esperado pacientemente a la segunda parte para marcar el tercer gol y habernos clasificado. Sé que esto nunca lo sabremos y quizás el Barcelona nos hubiese pasado por encima con su juego característico.
Ahora bien, lo que creo que deberíamos empezar a plantearnos y especialmente algunos de nuestros jugadores es que a pesar de una pésima actuación arbitral, se debe tener la suficiente sangre fría para seguir jugando al fútbol e intentar conseguir la victoria. Porque lo único que no se debe permitir este equipo es volver a caer en ese victimismo histórico relacionado con decisiones arbitrales en nuestra contra como explicación a nuestras derrotas. Y lo he dicho por activa y por pasiva en infinidad de ocasiones y el miércoles pasado no fue una excepción. El Atlético de Madrid hoy es el rival a batir y por mucho que se empeñe la prensa de uno y otro lado, los todopoderosos nos miran con temor porque en el fondo saben que si hacemos nuestro fútbol, no pueden superarnos.
La expulsión de Gabi en el túnel de vestuarios por hacerle saber al árbitro que se equivocó y el lanzamiento de la bota de Turán, que gracias a Dios, Gil Manzano optó por sacar únicamente la tarjeta amarilla, son hechos inaceptables. Y peor todavía es que no pidan perdón por su actitud a la afición, que fue la única que estuvo a la altura de las circunstancias, una vez más.
Lo único que espero es que el cuerpo técnico y jugadores aprendan de los errores cometidos en este partido para no volver a vivir episodios que nada tienen que ver con la idiosincrasia de este club que consiste en vivir cada minuto de los partidos como si fuese el último y no renunciar durante 45 minutos a poder soñar con conseguir algo grandioso.
Lo siento pero ése no es mi Atleti.
¡¡¡Forza Atlético!!! ¡¡¡Aplasta Atleti!!!
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