domingo, 30 de septiembre de 2018

SE BUSCA JUSTICIA REAL PARA DERBI HONRADO



Duelo emocionante el vivido ayer en el Bernabeu. Dos estilos, dos formas de ver el fútbol donde los colchoneros  llevaron la iniciativa en muchas fases de la primera parte acompañada de contragolpes directos y el Madrid metiéndonos en nuestro campo en la segunda con un Atleti practicando una gran ejercicio defensivo. Cierto es que el balance de oportunidades claras se igualó en ambas porterías aunque tengo la sensación de que se nos escaparon vivos. Para mí, el partido jugado por Griezmann, Koke y Rodrigo en los primeros 45' fue muy notable para ser Giménez, Juanfran y Oblak los auténticos héroes en la segunda. 

Aunque quiero felicitar al Atlético de Madrid en su conjunto por el gran encuentro jugado contra trece teniendo en cuenta la escandalosa labor arbitral sufrida ayer en Concha Espina. Estarán de acuerdo conmigo en que hubo tres penaltis clarísimos no pitados a nuestro favor más un par de tarjetas rojas no sacadas que condicionaron claramente el resultado del choque, aunque cierto es que Saúl debió ver una amarilla en la primera parte. Creo que es fácil llegar a la conclusión del equipo que salió más perjudicado del derbi madrileño. Otra vez más. 


Lo digo a título particular y como aficionado. Creo que el Atlético de Madrid debe liderar junto al resto de equipos de la Liga Española, el derecho a reclamar una revisión de jugada por cada tiempo, independientemente de los supuestos ya establecidos por el VAR. Esto sí que sería un motivo de peso para ir a una huelga y reclamar una competición más limpia ahora que tenemos la oportunidad histórica con esta nueva tecnología. Veríamos, por cierto, si Madrid o Barcelona estarían por la labor. Todo lo que no sea eso, será estar muy alejados todavía de una verdadera justicia en el terreno de juego. Aun así, tendremos al equipo de Simeone intentando ganar la Liga luchando contra "los elementos", algo de lo que sigo convencido más que nunca.  

Por cierto, seguimos mandando en la capital. Y van seis años...



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