Acostumbro en este espacio a hablar únicamente del equipo de mis amores, el Atlético de Madrid. Un conjunto que en los últimos años está disputando la supremacía del fútbol nacional y europeo a equipos con presupuestos infinitamente mayores que el suyo. Y sinceramente, valoro hoy mucho más la liga justamente ganada al súper Barça, que el otro día dio un recital contra el todopoderoso Bayern.
Porque lo visto el pasado miércoles a diez minutos del final me dejó simplemente estupefacto. Es imposible en la historia del fútbol conocida y por conocer, concentrar en un intervalo de 3 segundos tanta perfección y magia como la desplegada por Leo Messi en su segundo gol.
Recibir el balón como lo recibió, girarse, encarar al defensor, tumbarlo con un regate eléctrico (¿Cuántos tíos harían falta para derribar de esa forma a Boateng?) y picar la pelota con su pierna "mala" ante el mejor portero del mundo es algo destinado al mejor de todos los tiempos. Efectivamente, ni el gol de Maradona frente a Inglaterra, ni el del mismo Messi ante el Getafe o Ronaldo, the Real One, contra el Compostela se aproximan mínimamente a lo logrado por este genio del deporte rey, a este Miguel Angel que en semifinales de Champions de 2015 creó su obra más grandiosa, la cual será recordada durante las próximas décadas. Ese gol es en mi opinión La Capilla Sixtina del Fútbol.
Todavía se me pone la carne de gallina al verlo por enésima vez, aunque como dije antes, el Glorioso Atlético de Madrid logró eliminar la temporada pasada a este equipo en la Copa de Europa y empatar el último partido de liga para alzarse con el triunfo final en la competición doméstica. Al César lo que es del César pero...¿No es lo conseguido la temporada pasada la mejor base para que el cuadro colchonero siga consiguiendo títulos durante los próximos años?
¡¡¡Forza Atlético!!! ¡¡¡Aplasta Atleti!!!
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