No me canso de decir que este Atlético de Madrid es distinto al resto de rivales. La calidad que atesora cada vez se ha hecho más importante aunque lo que realmente le hace ser un equipo ganador es la intensidad y el trabajo en cada partido. Y la posesión de la pelota, por cierto, la desprecia, es decir, fomenta la seña de identidad que históricamente siempre le ha ido bien al equipo.
El baño que ha dado esta noche al eterno rival en su campo ha sido más serio de lo que el marcador dice. Llevábamos años y años donde el Madrid jugando a un 50% nos bailaba pero es que lo de hoy ha sido distinto incluso a la victoria conseguida en copa del rey hace unos meses. En aquel partido hubo destellos del Madrid de buen juego, de oportunidades muy claras, de varios postes y paradas de Courtois notables y sin embargo hoy la sensación ha sido de una superioridad atlética aplastante. La pena es que el marcador no lo ha reflejado más claramente.
Koke, Godín, Tiago y Costa se han erigido bajo mi modesta opinión en los héroes del partido. Y con una mención especial para Villa que a pesar de que no ha destacado por su juego de ataque, sí lo ha hecho dificultando la salida de balón desde atrás al rival. Godín ha mostrado muchísima seguridad defensiva, Koke en una línea de creatividad y buen juego asombrosa, Tiago recuperando e incomodando constantemente a los centrocampistas contrarios y Diego Costa como punta que simplemente lo borda por como protege, aguanta, regatea y define.
Enhorabuena Atleti, que esta victoria sirva como antesala de títulos importantes esta temporada aunque quizás haya que seguir al pie de la letra la doctrina Simeone del partido a partido para no volvernos locos. Locos por nuestro Atleti.
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