Me veo obligado a escribir una segunda parte de mi crónica LA PANTERA HERIDA ante la gran acogida que ha tenido, especialmente entre el colectivo madridista. Cuando decidí hacerla tenía claro que era para consumo interno, para aquellos aficionados atléticos todavía dolidos ante el reciente revés sufrido en Champions.
Y como he tenido bastantes aportaciones, como decía, de aficionados merengues y ante la imposibilidad de contestarles uno por uno, lo hago ahora reforzando mi teoría del escocimiento. Y diré para empezar que el Atlético de Madrid con 120 millones de presupuesto para este año decidió desde el principio competir en todos los torneos que participó, llegando a las semifinales de Copa del Rey, a la final de la Champions y a alzarse finalmente con el título de Liga. Y el Madrid, con más de 500 millones y con jugadores estratosféricos decidió competir y ganar merecidamente la Copa y la Champions. Pero en el torneo de la regularidad y cuando pudo dar un golpe casi definitivo en el partido de vuelta en el Calderón, no supo hacerlo porque nuestro equipo le plantó cara y le empató. Y cuando volvió a tener la liga en su mano, sucumbió contra el peor Barcelona de los últimos años. Y ahí, el Madrid decidió tirar la toalla, no competir en definitiva. Síntoma claro de equipo menor.
Y la Champions la perdimos, sí. Pero hay que analizar cómo un equipo perdió y supo perder (en el descuento, por cierto) y como el otro ganó y no supo ganar (no voy a repetir las razones expuestas en mi anterior crónica). Pero sí insistiré en un detalle. Los cánticos son populares, salen de la grada, de una hinchada entregada a su equipo. Como ejemplo, el cántico “cómo no te voy a querer, si ganaste la Copa de Europa por novena vez” me parece una creación espontánea y acertada porque surge directamente de los aficionados en la grada del Bernabéu. Pero lo de la cancioncita de la Décima, no tiene nombre. Hortera, rancia, teledirigida desde las instituciones, forzada, metida con calzador y sobretodo, prepotente en su estribillo. El “Hala Madrid y nada más” denota aires de superioridad y desprecio a los rivales. Es mi opinión y el que se pique, ajos come.
Y para finalizar, el fútbol es una gran escuela de vida que pone a cada uno en su sitio pronto o tarde. Yo, desde luego, espero impaciente la temporada que viene a ver qué sorpresas nos depara.
¡¡¡Forza Atleti!!! ¡¡¡Aplasta Atleti!!!
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